Nansen: Talleres que Transforman

“Los talleres de diálogo del Centro Nansen son transformadores”, dice Alfredo Zamudio, director en Chile del Centro Nansen para la Paz y el Diálogo. “Cuando las personas llegan a estos talleres, creen que vienen a una cátedra, pero se encuentran con un espacio donde además de algunos conceptos teóricos, se practica el diálogo, en un entorno seguro, tranquilo, sosegado. Cambia la forma de cómo la gente mira al diálogo y eso le puede hacer mucho bien a nuestro país”, destaca el director del Centro.

 

“En los talleres presenciales se comparten herramientas que pueden ser útiles para crear espacios más dialogantes, ordenar las conversaciones y ver oportunidades de encuentro. En dos días los y las participantes se escuchan, reconocen la diversidad de sus historias y trabajan el diálogo desde el aprender haciendo”, comenta el director.

Este ciclo de talleres, que duran dos días y que son gratuitos, se desarrollaron en cinco lugares al mismo tiempo, gracias a la colaboración con la Universidad de la Frontera (sede Angol), la Pontificia Universidad Católica (sede Villarrica), la Universidad de Concepción, y en Santiago en la Universidad Alberto Hurtado, además del Ministerio de Educación (MINEDUC). Este último ciclo convocó a más de 100 personas de distintos sectores del país.

 

 

Diversidad de voces 

Quienes participan destacan cómo la diversidad es clave para el éxito de estos talleres. No es un encuentro entre las mismas personas que siempre convergen en los mismos espacios. El Centro y las organizaciones que colaboran, hacen un esfuerzo en invitar a personas de distintos sectores, para que sea un encuentro entre distintas experiencias y formas de expresarse sobre lo que viven y saben.

Isabel Galvis, Coordinadora de Selección en Ashoka Fellowship, destacó cómo la diversidad  enriqueció el espacio de aprendizaje: «Lo que más me gustó, además de aprender la herramienta, sus principios y su aplicación, fue conocer a este grupo de personas con vivencias tan diversas. El taller se convirtió en un espacio seguro donde nos conectamos desde la esencia humana, sin títulos ni roles».

Florencia Alves, abogada que trabaja con organizaciones indígenas en Concepción, compartió su experiencia: «Es súper interesante ver a las diversas personas que vienen, con sus distintas personalidades y diferentes roles en el mundo, ver que aun así es tan fácil encontrarse, reírse, pasarlo bien, disfrutar y buscar caminos de diálogo, encontrarnos de verdad como personas».

 

Enfoque humano

Gonzalo Palma, ingeniero de la Empresa Nacional del Petróleo, reflexionó sobre la importancia del enfoque humano en el diálogo: “He hecho varios cursos de comunicaciones, pero creo que siempre ha hecho falta darle vuelta al núcleo más central que tiene este tema que es el lado humano, y creo que el método Nansen se ha enfocado principalmente en eso. Aprendimos que el diálogo es un proceso largo y complejo, no es automático, requiere mucha presencia, constancia y humildad”.

Isabel Ogalde, Juez de Policía Local de Providencia, valoró el espacio seguro que se generó: “Destacó la facilitación, muy acogedora, muy de espacio seguro, porque te invita y refuerza el concepto del diálogo, entonces desde ahí todo va fluyendo y va encaminado a eso”.

Francisco Farías, Coordinador de Convivencia Universitaria en la Universidad Alberto Hurtado, valoró la flexibilidad de lo aprendido: «El manual y la metodología Nansen no entrega recetas, sino una caja de herramientas, insumos que podemos implementar frente a las necesidades de nuestras propias realidades. Esa es su mayor capacidad».

 

Con el apoyo del gobierno de Noruega, y en colaboración con universidades e instituciones del país, el Centro Nansen seguirá realizando talleres de diálogo y promoviendo el uso de esta herramienta, hasta finales del año 2025. “Creemos que nuestro mayor aporte en Chile es contribuir con nuestro granito de arena para reforzar la resiliencia democrática», concluye Alfredo Zamudio.

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